6 de febrero, día de Santa Dorotea.
Queremos compartir la historia de la santa que no solo es la patrona de los floristas, sino también modelo y fuente de inspiración para nosotros. En Santa Dorotea, encontramos en su legado una guía para honrar la belleza de la naturaleza y la delicadeza de las flores. Te invitamos a descubrir cómo su vida y que la relaciona con las flores ha influido en nuestra decisión de adoptar su nombre como nuestra marca y sello de confianza.

Santa Dorotea vivió a finales del siglo III y principios del siglo IV en Cesarea de Capadocia (actual Turquía), en una época en la que los cristianos enfrentaban intensas persecuciones bajo el mandato del emperador Diocleciano. Su negativa a renunciar a su fe la llevó a sufrir el martirio, pero fue su inquebrantable creencia en la vida eterna lo que convirtió su muerte en un símbolo de esperanza.

La tradición cuenta que, mientras era conducida al martirio, un abogado pagano llamado Teófilo le pidió en tono burlón que le enviara flores y frutos del jardín de su «esposo» celestial. Antes de su ejecución, un niño apareció con una cesta que contenía tres rosas y tres manzanas, a pesar de ser invierno. Dorotea le pidió al niño que entregara la cesta a Teófilo «de parte de su esposo celestial», quien, al recibirla, se convirtió al cristianismo y posteriormente también sufrió el martirio.

A lo largo de los siglos, Santa Dorotea ha sido representada en el arte con flores en sus manos, enfatizando su papel como protectora y símbolo de la naturaleza en su estado más puro. Este vínculo nos enseña que cada flor no es solo un elemento decorativo, sino una expresión de generosidad y de conexión espiritual con el mundo que nos rodea.

Para nosotros, en este día de Santa Dorotea, las flores que compartimos cobran un significado especial. Cada una es un homenaje a su legado y a su inquebrantable espíritu, que nos invita a no desfallecer ante los acontecimientos adversos de nuestra vida.

Elegimos el nombre de Santa Dorotea porque sus valores resuenan profundamente en nuestra filosofía. Sus flores milagrosas representan la frescura, la pureza y la esperanza que buscamos transmitir. Además, su fe y entrega nos recuerdan que cada flor tiene una historia que contar y un mensaje que transmitir.

Hoy, en su festividad, queremos honrar su legado y compartir su historia. Nuestras flores no solo son un producto sino un tributo a la belleza y la autenticidad que ella representa.

«Cada flor es un tributo a un legado de amor por lo natural.»